martes, 13 de enero de 2009

Afortunado

He quedado estupefacto
Mirad aquella fascinante maravilla
Oh, Cupido, flecha hechizadora
Porque me has hecho tu blanco
Un amor imposible para mí

Yo puedo amar a quien sea
Pero, ¿es verdad lo que veo a mis ojos?
Pues amarla ha sido mi condena

Y creo que moriré en el intento
Pues es tan bella, que si la comparara con su corazón
Tardare varios años en llenarla de amor


Oh, suspiros, no me roben el aliento,
No ven que no puedo respirar, devuélvanme el aire
Pues encontrare mi fin en sus labios
Porque si solo así recupero mi oxigeno
Habré cumplido mi misión en la vida

Que le puedo ofrecer, cielos, es tan difícil
Quiero mis ojos para verle
Mi tacto para tomarla de la mano
Mi gusto para saborear sus labios

Mi oído para escuchar su voz
Oh melodiosa alegría
Mueran todos los ruiseñores
Sí solo uno se atreviera siquiera
A interrumpir su canto

Oh, pero que estoy haciendo
Desperdicio tiempo, debo buscar la forma de complacerla
Pues me quitaría la vida, y la otra, y la que siga,
Pues perder una oportunidad como esa, de poder amarla




Hasta las estatuas dejarían de ser frías e inmóviles
Sin duda, pedirían bailar una pieza con ella
¿Quienes más podrían ser sus anfitriones que la luna y las estrellas?
Las estatuas continuarían viviendo siglos y siglos
Pues con solo estar cerca de ella, serian inmortalmente felices

Tengo la desgracia de que no soy eterno,
Sacare cita, para consultar a su corazón si tengo su permiso
No me importaría ser un lambiscón con sus sentimientos
Ya que si no lo hago, tal vez su alma no me deje entrar

La espera es como nadar desde lo más hondo del mar
Buscando la luz para a la superficie llegar
La espera habrá valido la pena…
Ella decidirá si ser mi destrucción, o mi renacimiento.

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